Isla de Cres: belleza Croata

El destino original al que vamos a dedicarle hoy unas líneas es a la Isla de Cres. Es una de las islas pertenecientes a Croacia situada en el Mar adriatico, la segunda más grande y ubicada en la bahia de Kvarner. Antiguamente estaba unida a otra isla, a la Isla de Losinj pero, en la época de los romanos, se decidió separar, consecuencia de ello fue la cración de las dos islas. Actualmente se encuentran unidas por un puente llamado Osor.

La capital de la isla se llama de la misma manera, Cres, y es una ciudad costera con una arquitectura veneciana que otorga de gran belleza y elegancia a este rincón croata. Ya sólo el disfrute de poder ver esta ciudad de postal hace que valga la pena el viaje. Se pueden visitar sitios tales como la Iglesia de Santa María, monumento gótico renacentista que, además tiene la peculiaridad de tener separado el campanario, muy al estilo Italiano, de la iglesia. A ella se puede llegar desde la Torre del Reloj pues ambas construcciones se encuentran conectadas por un pasadizo.

La Isla de Cres muestra dos paisajes totalmente diferentes lo que le da un peculiar encanto: la zona meridional al ser más azotada por vientes presenta un paisaje más desertico, todo lo contrario a lo que ocurre en la zona septentrional que esta completamente bañada de frondosos y bellos bosques y que, además, cuenta con el maravilloso Lago Vransko.

Un paseo muy recomendable a realizar es montarse en un velero y dedicar el día a navegar por las islas croatas que presentan un paisaje digno de ser disfrutado. Esta zona es ideal para el turismo de disfrute, desconexión y relax. No es un lugar al que visitar con miramientos de museos u obras arquitectónicas destacables, es un lugar para cargar las pilas y salir de la rutina, disfrutar de uno mismo y apreciar la belleza en su esplendor.

Anteriormente hemos hablado del puente que conecta Cres con la isla vecina de Losinj, pues bien, este puente debe su nombre precisamente al lugar donde está ubicada que es la población de Osor. Esta ubicada en el extremo sur de la isla y vale la pena visitarla, ya no sólo porque desde allí nos podemos mover al resto de las islas, sino que, además, es una auténtica gozada poder pasearte por sus calles y disfrutar de su arquitectura y de su amable gente.

El lugar más peculiar y un destino indiscutible a visitar, es la población de Lubenice. Esta situada en un acantilado de más de 380 metros de altura sobre el nivel del mar, Se trata de una fortaleza medieval, muy bien conservada y una joya de la arquitectura croata. Ya no sólo su peculiaridad radica de lo bien conservada que está su arquitectura medieval sino tan bien de sus increibles vistas gracias a lo extraordinario del lugar donde está asentada dicha población medieval. Sin duda un paseo diferente y totalmente peculiar.

En cuanto a gastronomía lo típico y recomendable a tomar es el cordero pues, se dice y se comenta que tiene un sabor especial cuyo secreto es el viento. Por lo visto, los vientos atraen la sal del mar a los pastos donde, posteriormente, se da de comer al ganado y eso hace que su carne adquiera un sabor diferente que vale la pena probar.

Espero que esto os ayude a decidiros por un destino diferente y si, estais planeando unas vacaciones de desconexión y disfruta de la naturaleza y lo que ella nos da, sin duda alguna, este puede ser un destino perfecto para ello.

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Saludos Viajeros.